Un estudio exhaustivo sobre los efectos protectores de JP1, que combina hidrolizado de pupas de gusanos de seda, albahaca sagrada y jengibre para mejorar la función cognitiva posterior a un accidente cerebrovascular.
A pesar del creciente reconocimiento del deterioro cognitivo posterior a un accidente cerebrovascular (PSCI) como una afección importante, las opciones de tratamiento actuales siguen siendo limitadas en su eficacia. Dado que el estrés oxidativo y la inflamación son objetivos clave en la terapia del accidente cerebrovascular, el objetivo de este estudio fue evaluar los efectos protectores de una película orodispersable que contiene hidrolizado de pupas de gusano de seda combinado con extractos de albahaca sagrada y jengibre (JP1). Tanto la albahaca sagrada como el jengibre son conocidos por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Se administraron dosis variables de JP1 a ratas Wistar macho (200-250 g) -1, 10 y 100 mg/kg de peso corporal- 45 minutos antes de ser sometidas a 6 horas de estrés de inmovilización durante 14 días. Después de esto, se ocluyó permanentemente la arteria cerebral media derecha (MCAO) y se continuó con JP1 durante 21 días después del accidente cerebrovascular. Se exploraron los efectos sobre la memoria espacial y no espacial, junto con los posibles mecanismos subyacentes. Los hallazgos revelaron que JP1 mejoró el estrés oxidativo, la inflamación, la apoptosis, la señalización de Erk, la función colinérgica y favoreció el crecimiento de bacterias beneficiosas, como Lactobacillus y Bifidobacterium spp., en las heces. Estos resultados sugieren que JP1 puede ofrecer un beneficio terapéutico para el PSCI, probablemente a través de estos mecanismos. Además, se redujeron los niveles séricos de corticosterona. En general, el estudio sugiere que el JP1 es un candidato prometedor para mitigar el deterioro cognitivo post-ictus (PSCI) después de un accidente cerebrovascular combinado con estrés. Sin embargo, se requieren más investigaciones para aclarar los ingredientes activos específicos y sus mecanismos de acción detallados.
Comentario de la columnista de SuppBase Alice Winters:
Este estudio presenta un enfoque terapéutico potencial intrigante para el deterioro cognitivo post-ictus (PSCI), utilizando una película bucodispersable que contiene hidrolizado de pupas de gusanos de seda y extractos de albahaca sagrada y jengibre (JP1). La lógica detrás de esta combinación parece sólida dadas las propiedades antioxidantes y antiinflamatorias establecidas de la albahaca sagrada y el jengibre. Ambos ingredientes han demostrado ser prometedores en la investigación preclínica y clínica para mitigar varias afecciones neurodegenerativas, y sus efectos sobre el estrés oxidativo y la inflamación son particularmente relevantes en el contexto de la recuperación de un accidente cerebrovascular. El diseño experimental del estudio es sólido y emplea un modelo animal estándar (ratas Wistar) y protocolos de accidente cerebrovascular relevantes (oclusión de la arteria cerebral media u OACM), que imitan el accidente cerebrovascular isquémico humano. Al administrar JP1 antes y después del estrés inducido por el accidente cerebrovascular, los investigadores buscaron capturar los efectos agudos y crónicos del tratamiento. Esta metodología es notable por su enfoque no solo en los resultados cognitivos, como la memoria y la conciencia espacial, sino también en los mecanismos bioquímicos y microbiológicos subyacentes al deterioro cognitivo inducido por el accidente cerebrovascular. La inclusión de evaluaciones como marcadores de estrés oxidativo, inflamación, apoptosis y función colinérgica proporciona una visión completa del impacto potencial de JP1 en la fisiopatología de la PSCI. Una fortaleza crítica del estudio es su enfoque multidimensional. La observación de que JP1 influye tanto en la salud cerebral como en la microbiota intestinal es digna de mención. Cada vez hay más pruebas que vinculan la salud intestinal con la función cerebral, especialmente en afecciones que implican un deterioro cognitivo, lo que sugiere que el impacto positivo en bacterias como Lactobacillus y Bifidobacterium spp. podría ser una parte vital de la acción terapéutica. Además, la reducción de la corticosterona sérica, un indicador de la respuesta al estrés, respalda la hipótesis de que JP1 también podría mitigar el estrés psicológico comúnmente asociado con la recuperación de un accidente cerebrovascular. Sin embargo, a pesar de estos resultados prometedores, se deben considerar varias salvedades. El estudio, aunque exhaustivo, no aclara cuál de los ingredientes de JP1 es el principal responsable de los efectos observados. Si bien la combinación de hidrolizado de pupas de gusano de seda, albahaca sagrada y jengibre es atractiva debido a su potencial sinérgico, el mecanismo de acción exacto sigue siendo especulativo. Una investigación adicional centrada en aislar los compuestos activos dentro de estos ingredientes y sus contribuciones individuales fortalecería el caso de JP1 como agente terapéutico. Además, el modelo animal del estudio, aunque apropiado, no refleja completamente la complejidad de la recuperación humana de un accidente cerebrovascular. El uso de ratas Wistar macho, por ejemplo, plantea dudas sobre si los hallazgos podrían reproducirse en sujetos humanos, especialmente si se consideran las diferencias relacionadas con el sexo y la edad en la recuperación del accidente cerebrovascular y el deterioro cognitivo. Los ensayos clínicos son esenciales para confirmar el potencial de traducción de esta formulación. La formulación en sí misma -una película bucodispersable- también merece cierta consideración. Este método de administración es ventajoso para los pacientes que tienen dificultad para tragar píldoras o comprimidos, pero aún queda por evaluar la estabilidad a largo plazo, la rentabilidad y la palatabilidad de un producto de este tipo. Además, no se debe pasar por alto el potencial de efectos secundarios, especialmente dado el uso de múltiples compuestos bioactivos. En conclusión, JP1 parece mostrarse muy prometedor para abordar el deterioro cognitivo posterior al accidente cerebrovascular. Sin embargo, su aplicabilidad en el mundo real dependerá de futuros estudios que aclaren los ingredientes activos, sus mecanismos y posibles efectos secundarios. Si se abordan estos factores, JP1 podría representar un enfoque innovador y multidireccional para mejorar la recuperación del accidente cerebrovascular y la función cognitiva.