La Dra. Lotte Knudsen y la semaglutida
La trayectoria científica de la Dra. Lotte Knudsen comenzó con un objetivo inesperado: desarrollar detergentes para ropa que impidieran que los colores se destiñeran. Hoy en día, se la conoce como la mente detrás de la semaglutida, el componente clave de los populares medicamentos para bajar de peso Ozempic y Wegovy. ¿Su ambición actual? Aprovechar este fármaco innovador para combatir la demencia. El trabajo pionero de la científica danesa sobre los precursores de la semaglutida ha arrojado resultados prometedores en la reducción del deterioro cognitivo entre los pacientes con demencia. Los estudios que ha escrito en coautoría sugieren que los fármacos similares a Ozempic pueden prevenir síntomas característicos, como la pérdida de memoria, antes de que se produzca un daño cerebral irreversible. La investigación de Knudsen se centra en el GLP-1, un compuesto que imita una hormona cerebral que regula el apetito. Su equipo desarrolló la liraglutida, una versión sintética del GLP-1, añadiendo un “espaciador” para mejorar su solubilidad y longevidad en el cuerpo. Esto sentó las bases para la semaglutida, que ofrece efectos aún más duraderos. La semaglutida ha demostrado tener potencial más allá de la pérdida de peso, y se relaciona con mejores resultados en enfermedades cardíacas, hipertensión y demencia. Aunque está aprobada principalmente para el tratamiento de la diabetes tipo 2, a menudo se prescribe fuera de etiqueta para el control del peso. La búsqueda de una cura para el Alzheimer ha sido un desafío, en parte debido a la comprensión limitada de las causas fundamentales del deterioro cognitivo. Investigaciones recientes sugieren que los ovillos de tau, en lugar de las proteínas beta-amiloide, podrían ser los principales culpables de la demencia. El estudio de Knudsen de 2015 sobre ratones predispuestos al Alzheimer descubrió que el tratamiento con liraglutida aumentaba el recuento de neuronas en el hipocampo, una región cerebral crucial relacionada con la memoria. Un estudio posterior de 2016 reveló una reducción del 62% en los ovillos de tau en ratones tratados con liraglutida. Los ensayos en humanos también han demostrado ser prometedores. Un estudio en el que participaron casi 16.000 personas encontró un riesgo de demencia un 53% menor en el grupo que recibió un fármaco similar a Ozempic. Otro estudio a largo plazo de más de 120.000 personas diabéticas sugirió un riesgo reducido de demencia con el uso prolongado de estos medicamentos. Las posibles aplicaciones de semaglutida en enfermedades neurodegenerativas son particularmente intrigantes dados los vínculos establecidos entre la obesidad, la diabetes y el riesgo de Alzheimer. Las investigaciones indican que la obesidad puede acelerar la progresión del Alzheimer y exacerbar los síntomas a través de la inflamación crónica y la reducción de la resiliencia cerebral. Si bien Ozempic y Wegovy han demostrado beneficios significativos en la pérdida de peso, han surgido preocupaciones con respecto a los posibles efectos secundarios y los impactos a largo plazo. Una demanda colectiva alega que Novo Nordisk no advirtió adecuadamente a los consumidores sobre los riesgos de problemas gastrointestinales graves. El camino que siguió la Dra. Knudsen para revolucionar el tratamiento de la obesidad fue poco convencional. Su transición del estudio de los detergentes para ropa a la investigación sobre la diabetes se produjo de manera fortuita tras una fusión corporativa. A pesar de los reveses iniciales en el desarrollo de los activadores del receptor GLP-1, su perseverancia finalmente condujo a avances críticos en el campo.
Comentario de la columnista de SuppBase Alice Winters:
El recorrido de la Dra. Lotte Knudsen desde la ciencia del lavado de ropa hasta la investigación farmacéutica pionera ejemplifica la naturaleza impredecible del descubrimiento científico. Su trabajo sobre la semaglutida, ahora el ingrediente activo de Ozempic y Wegovy, no solo ha revolucionado el tratamiento para la pérdida de peso, sino que también ha abierto nuevas vías para combatir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. La posible acción dual de los agonistas del receptor GLP-1 para abordar tanto los trastornos metabólicos como el deterioro cognitivo es particularmente intrigante. Este enfoque se alinea con la creciente comprensión del Alzheimer como una enfermedad multifacética con fuertes vínculos con la salud metabólica. Las reducciones observadas en los ovillos de tau y la mejora de la salud neuronal en estudios con animales, junto con los prometedores resultados de los ensayos en humanos, sugieren un cambio de paradigma en la forma en que abordamos la prevención y el tratamiento de la demencia. Sin embargo, es fundamental moderar el entusiasmo con cautela. Los efectos a largo plazo de estos fármacos, en particular sobre la salud cerebral, siguen siendo desconocidos. La demanda en curso contra Novo Nordisk destaca la importancia de realizar evaluaciones de seguridad exhaustivas y de comunicar de forma transparente los posibles riesgos a los consumidores. Además, aunque las posibles aplicaciones en el tratamiento del Alzheimer son apasionantes, debemos recordar que la correlación no siempre implica causalidad. El menor riesgo de demencia observado en pacientes diabéticos que utilizan estos fármacos podría atribuirse en parte a una mejor salud metabólica general, más que a un efecto neuroprotector directo. Desde una perspectiva de mercado, la expansión de la aplicación de la semaglutida desde la diabetes al tratamiento de la obesidad, y potencialmente a las enfermedades neurodegenerativas, muestra el valor de la investigación persistente y la reutilización de fármacos. Este enfoque no solo maximiza el retorno de la inversión para las empresas farmacéuticas, sino que también acelera la entrega de nuevos tratamientos a los pacientes. En conclusión, el trabajo de la Dra. Knudsen representa una fascinante intersección de la investigación metabólica y neurológica. Mientras esperamos más ensayos clínicos y datos a largo plazo, su trayectoria nos recuerda la importancia de los enfoques interdisciplinarios para abordar desafíos de salud complejos. El potencial de los agonistas de GLP-1 en la prevención del Alzheimer podría marcar un avance significativo en nuestra lucha contra esta enfermedad devastadora, siempre que se aborden adecuadamente las preocupaciones de seguridad y se demuestre de manera concluyente la eficacia en ensayos humanos más amplios y a largo plazo.