Demanda contra Kroger por la crisis de los opioides
Una de las cadenas de supermercados más grandes de Estados Unidos, Kroger, ha llegado a un acuerdo de conciliación por un total de casi 1.400 millones de dólares para resolver las reclamaciones de los estados, condados y tribus nativas americanas con respecto a su presunto papel en la epidemia de opioides. Se espera que la empresa, que opera tiendas en 35 estados, comience a realizar los pagos a principios de 2024. El desglose del acuerdo incluye hasta 1.200 millones de dólares para los gobiernos estatales y locales donde Kroger realiza negocios, 36 millones de dólares para las tribus nativas americanas y aproximadamente 177 millones de dólares para cubrir los honorarios y gastos legales. Este acuerdo, anunciado inicialmente en otoño de 2023, ha obtenido el apoyo de una coalición de 30 fiscales generales bipartidistas que han firmado en nombre de sus estados. Un portavoz de Kroger declaró: “La finalización de este acuerdo, alcanzado inicialmente en septiembre de 2023, proporcionará más de 1.200 millones de dólares para apoyar los esfuerzos de reducción de opioides a nivel nacional y, al mismo tiempo, resolverá casi todas las reclamaciones pendientes relacionadas con opioides contra la empresa”. Sin embargo, la empresa sostiene que el acuerdo no constituye una admisión de irregularidades ni de responsabilidad. Más allá de la compensación financiera, Kroger se ha comprometido a implementar medidas cautelares. Estas incluyen prácticas mejoradas de monitoreo, presentación de informes e intercambio de datos dentro de sus farmacias para identificar y denunciar actividades sospechosas relacionadas con las recetas de opioides. Los representantes legales de los demandantes elogiaron el acuerdo como “otro paso significativo para responsabilizar a cada empresa involucrada en la epidemia de opioides y garantizar que se entreguen recursos esenciales a las comunidades de todo el país”. Este acuerdo es parte de una tendencia más amplia de acciones legales contra distribuidores de medicamentos, farmacias y mayoristas por sus presuntas contribuciones a la crisis de los opioides. En los últimos ocho años, las comunidades han obtenido acuerdos por más de 50 mil millones de dólares de varias entidades implicadas en la epidemia.
Comentario de la columnista de SuppBase Alice Winters:
El acuerdo con Kroger marca un momento crucial en la batalla en curso contra la epidemia de opioides, y pone de relieve la compleja interacción entre la responsabilidad corporativa, la salud pública y la responsabilidad legal. Este acuerdo, aunque sustancial, plantea preguntas críticas sobre el impacto a largo plazo de tales acuerdos tanto en las comunidades afectadas como en el panorama minorista farmacéutico. En primer lugar, la cifra de 1.400 millones de dólares, aunque impresionante, debe contextualizarse. Para una empresa del tamaño de Kroger, con ingresos anuales superiores a los 130.000 millones de dólares, este acuerdo, si se extiende a lo largo del tiempo, puede no tener un impacto significativo en sus resultados. Esto plantea inquietudes sobre el efecto disuasorio de tales sanciones en el comportamiento corporativo en el sector farmacéutico. La asignación de fondos es otra área que merece un escrutinio. Si bien la distribución a los estados, los gobiernos locales y las tribus nativas americanas es un paso en la dirección correcta, la eficacia de estos fondos para abordar la crisis de los opioides dependerá en gran medida de las estrategias de implementación. Los acuerdos anteriores han demostrado que sin una supervisión adecuada y programas específicos, dichos fondos pueden asignarse incorrectamente o subutilizarse. Tal vez lo más intrigante sea el componente de medidas cautelares del acuerdo. El acuerdo para mejorar el monitoreo y la notificación de actividades sospechosas de prescripción de opioides es un avance positivo. Sin embargo, plantea la pregunta: ¿por qué tales prácticas no eran un procedimiento estándar antes? Este enfoque reactivo a la ética farmacéutica subraya un problema sistémico en la industria donde los motivos de lucro a menudo han eclipsado las preocupaciones de salud pública. Además, la estructura del acuerdo, que resuelve las reclamaciones sin admitir responsabilidad, es un arma de doble filo. Si bien acelera la distribución de recursos a las comunidades afectadas, también permite a las corporaciones eludir la plena responsabilidad por su papel en la crisis de los opioides. Este patrón, que se observa en múltiples acuerdos en la industria, puede obstaculizar los esfuerzos para implementar cambios significativos y de largo plazo en las prácticas corporativas. Las implicaciones más amplias para el sector farmacéutico son significativas. A medida que las principales cadenas se enfrentan a demandas y acuerdos similares, es posible que veamos un cambio en la forma en que operan las farmacias, particularmente en sus prácticas de medicamentos recetados. Esto podría conducir a controles internos más estrictos, lo que podría afectar la accesibilidad para los pacientes con necesidades legítimas. En conclusión, si bien el acuerdo con Kroger representa un compromiso financiero significativo para abordar la crisis de los opioides, su verdadero valor se medirá por las mejoras tangibles en las comunidades afectadas y los cambios de largo plazo que impulse en el comportamiento corporativo. A medida que avanzamos, es crucial mantener una mirada crítica sobre cómo se utilizan estos fondos y si realmente sirven para mitigar los efectos devastadores de la epidemia de opioides. La industria de productos y suplementos para la salud debería ver esto como una advertencia, enfatizando la necesidad de prácticas éticas proactivas en lugar de un control de daños reactivo.